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Encuentra la Ruta perfecta para ti

Una guía fotográfica para que disfrutes de nuestras rectas.

Pasando San Pelayo otra recta de 2km nos lleva a Torrelobatón. Aquí tomamos la VA-VP-5605 hacia San Cebrián de Mazote, al cual llegamos pasando por Torrecilla de la Torre y Barruelo del Valle. Desde San Cebrián de Mazote cogemos la VP-5012 hasta La Santa Espina, una carretera sin rectas pero muy disfrutona, al igual que la VP-5004 que nos lleva a Castromonte de nuevo.

Esta es una ruta en la que nos adentramos en los Montes Torozos, un paisaje algo diferente al terracampino, con más vegetación bosques de quejigo y encina y un gran bosque de molinos de viento en la paramera. “la ventura va guiando nuestras cosas mejor de lo que acertáramos a desear; porque ves allí, amigo Sancho Panza, donde se descubren treinta o poco más desaforados gigantes con quien pienso hacer batalla, y quitarles a todos las vidas, con cuyos despojos comenzaremos a enriquecer: que esta es buena guerra, y es gran servicio de Dios quitar tan mala simiente de sobre la faz de la tierra.” –El ingenioso hidalgo D. Quijote de La Mancha-Capítulo octavo.

Valverde de Campos:

Esta pequeña localidad es atravesada por el Camino de Santiago de Madrid y sin duda toma el nombre de los verdes valles que le rodean. Destaca la iglesia parroquial de Santa María, atribuída al arquitecto de la catedral de Palencia, que por aquellos tiempos (siglo XVII) dirigía unas obras en Rioseco, donde encontramos una talla policromada del siglo XIV. A la salida del pueblo se encuentra la antigua estación de tren, del mítico “tren burra”.

Es probado que, en el año 1063, los restos de San Isidoro reposaron en la localidad, cuando era trasladado de Sevilla a León. (Ver “San Isidoro: Sabio en el siglo VII, Santo en el siglo XII” de D. José Cubero Garrote).

Castromonte:

Se encuentra en plenos Montes Torozos. Es conocido por la calidad de sus aguas y mantiene restos de su antiguo pasado medieval: la muralla y sus puertas de acceso, casas blasonadas con fachadas de piedra y la iglesia de la Concepción, del siglo XVI, que en su interior guarda un destacable retablo mayor y piezas del antiguo retablo del monasterio de la Santa Espina. Las personas que pasen haciendo el camino de Santiago de Madrid pueden alojarse en las antiguas escuelas, habilitadas como albergue.

San Pelayo:

Pequeño y tranquilo pueblo en el que cabe destacar la fuente de piedra al lado de una bonita alameda. También es destacable la iglesia de la asunción, del siglo XVI, con importantes tallas pinturas y retablos en su interior. Curioso es el festival que se viene celebrando los últimos años (2016-2019) a mediados de junio llamado “Festival contra la despoblación 4 Gatos”, un encuentro donde tiene cabida la cultura con mayúsculas y la reflexión sobre la despoblación rural.

Torrelobatón:

El espectacular castillo del siglo XIII eclipsa el pueblo. Una fortificación sobre un teso de gran belleza y con mucha historia, y uno de los mejor conservados de Castilla y León. En su interior se encuentra el centro de interpretación del movimiento comunero, símbolo de la identidad castellana y una curiosa exposición sobre la película de Hollywood “El Cid”, con Charlton Heston, rodada en el castillo y sus alrededores, y con la participación de más de 300 vecinas del pueblo.

San Cebrián de Mazote:

En esta localidad se ha conservado la herencia de la cultura mozárabe, población cristiana del Al-Andalus musulmán que conservó su religión mediante el pago de determinados tributos convenidos por las autoridades árabes, y que, aunque podían conservar su fe y sus instituciones, tenían prohibidas las manifestaciones públicas del culto cristiano. Huyendo de esta situación, algunas comunidades se instalaron y repoblaron estos campos. La iglesia de San Cipriano, del siglo X, es uno de los monumentos más importantes de la península de este estilo, no en vano está declarada monumento nacional.

Urueña:

Encumbrada y dominando el horizonte se dibuja su muralla, que en el interior guarda uno de los más bellos pueblos de la comarca, declarado “Monumento Histórico Artístico”. “La Villa del Libro” es un proyecto que convierte a Urueña, con 15 librerías, en el pueblo con más librerías por habitante de España y un sinfín de actividades destinadas a los amantes de las letras y la cultura. Es imprescindible recorrer los adarves de la muralla

Traspasar el dintel de cualquiera de sus dos antiguas puertas es la oportunidad de comenzar un paseo que no nos dejará impasibles. El Castillo, que fue morada de nobles y más tarde prisión, hoy alberga “La Casona de la Mayorazga”, del siglo XVIII, es la sede de la “Fundación Joaquín Díaz”, que tiene como fin el estudio y difusión de la cultura tradicional. Este centro etnográfico cuenta con biblioteca, fonoteca, salas de investigación y exposiciones. La muestra permanente recoge instrumentos musicales, pliegos de cordel y otros documentos curiosos, además del “Museo de Campanas” y el “Aula arqueológica Mercedes Rueda”.

Otro museo imprescindible es el “Museo de la Música”, del músico Luís Delgado, afincado en esta localidad. Se compone de unos 500 instrumentos de todo el mundo de los más de 1200 que componen su colección particular. La mayoría de ellos se hallan en uso, y son utilizados por algunos grupos en conciertos, conferencias y grabaciones.

El Centro e-LEA Miguel Delibes es un espacio dedicado a la Lectura, la Escritura y sus Aplicaciones (e-LEA, en denominación abreviada). Este centro realiza múltiples y diversas actividades culturales y educativas para todos los públicos (conferencias, seminarios, talleres, exposiciones, etc.). Todas ellas están relacionadas con el libro y la escritura. 

Fuera de la muralla está la bonita ermita de Nuestra Señora de la Anunciada, del siglo XI, singular ejemplo del románico catalán en Castilla, iglesia del desaparecido monasterio de San Pedro y San Pablo de Cubillas.

http://www.visitauruena.es/

http://www.provinciadevalladolid.com/es/pierdas/villa-libro

La Santa Espina:

Esta pedanía de Castromonte surgió de la repoblación llevada a cabo por el Instituto Nacional de Colonización en 1957. Ocho siglos antes, en el año 1.147 se ubicó muy cerca el Monasterio de La Santa Espina, fundado por monjes cistercienses bajo el apoyo de Doña Sancha de Castilla, que eligió este lugar para que se conservara una reliquia de la espina de la corona de Jesucristo.

El monasterio se fue construyendo en diferentes épocas: de la fachada neoclásica llaman la atención sus torres gemelas, el interior guarda dos claustros neoclásicos y en la iglesia destacan la capilla mayor y el retablo renacentista. La sala Capitular, del siglo XII es una de las mejor conservadas de la orden Cisterciense. También se puede visitar el “Museo de Aperos”, donde se muestran utensilios domésticos y de labranza de los siglos XIX y XX, y una muy interesante y curiosa exposición de mariposas de todo el mundo, con más de 3000 ejemplares de los cerca de 10.000 que el hermano Pantaleón Palacios ha ido recopilando durante 30 años.

Otro de los atractivos de esta zona y también un remanso de paz, es el pantano, donde animales como patos y garzas, disfrutan de sus aguas, y jabalíes y zorros se cobijan en los montes que lo rodea.

Se pueden alquilar bicis en la oficina de turismo al monasterio para recorrer sus dos rutas marcadas a tal efecto: “la senda del pantano” (9Km) y la “ruta de la granja” (8Km).

 turismo@lasantaespina.es – Tlf. 654658336

 http://www.lasantaespina.es/index.asp

 www.vidarural.org