La domótica es un término que se usa para describir el conjunto de aparatos y sistemas que automatizan y controlan las tareas del hogar. En palabras sencillas, es como tener una casa “inteligente” que se adapta a tus necesidades y nos brinda ayuda cuando la necesitamos. Gracias a conectar los aparatos a internet y entre sí, se pueden programar funciones que enciendan las luces, ajusten la temperatura o incluso alerten a tus seres queridos en caso de emergencia. Es una opción ideal para quienes desean envejecer en su casa, manteniendo su independencia y calidad de vida, sin renunciar a la seguridad que nos ofrecen los avances de la tecnología.
Estos sistemas utilizan sensores y programas que, al detectar un cambio en el ambiente o en tu actividad, actúan para mejorar tu seguridad y bienestar. No necesitas ser un experto en tecnología para beneficiarte de estos avances: se trata de soluciones diseñadas pensando en la facilidad de uso y en la vida diaria.
Por ejemplo, existen sensores de movimiento que detectan si alguien se cae, o sensores de inundación, congelación de tuberías, detectores de humos y monóxido de carbono… Si ocurre un accidente, estos aparatos pueden encender luces para evacuar la casa o avisar a un familiar o a emergencias, para que la ayuda llegue enseguida. Así, se pueden evitar problemas mayores y tener la tranquilidad de saber que, en caso de apuro, no se estará solo.
En esta misma línea de seguridad en casa, encontramos también alarmas y videoporteros que nos permiten ver en una pantalla instalada en casa quién llama a la puerta, a modo de mirilla digital, e interactuar sin necesidad de abrirla… Incluso cambiando cómo suena nuestra voz si queremos otra capa de seguridad para que no sepan quién vive en la casa. Esto es posible incluso cuando no estás en casa, pues podemos configurar que el timbre nos suene en el teléfono móvil.
También hay sistemas que encienden y apagan las luces de forma automática para evitar tropezones y caídas. Del mismo modo, existen electrodomésticos con botones grandes y fáciles de usar, que se apagan solos si se olvidan encendidos, ayudando a cuidar la seguridad y a ahorrar energía. O robots aspiradoras que podemos programar para que limpien determinados días de la semana y nos avisen cuando tengamos que vaciar el depósito del polvo. Incluso también existen termostatos que ajustan la temperatura de las diferentes habitaciones de la casa según la hora del día y las caldea antes de que llegues o te levantes.
Otra ventaja importante es la posibilidad de comunicarse fácilmente. Con estos sistemas, se puede tener un teléfono o dispositivo conectado a internet que permite hablar rápidamente con familiares o amigos, o incluso con servicios de emergencia, si se necesita ayuda; a la vez que controlamos todos los utensilios y aparatos que tengamos en casa conectados entre sí. Por ejemplo, si tenemos un asistente de voz, podemos pedirle que llame a nuestra hija, que nos avise en 20 minutos de apagar la lumbre o incluso que nos ponga algo de música.
Lo mejor de todo es que estos aparatos se adaptan a cada casa y se pueden instalar sin necesidad de hacer grandes cambios. Para ello necesitaremos tener internet instalado en casa, eso sí.
Esta tecnología no reemplaza la calidez de una buena charla o el apoyo de la familia, pero sí suma a la seguridad y al bienestar en el hogar, permitiéndonos disfrutar más de cada día con la tranquilidad de saber que la casa está preparada para cualquier eventualidad.
Para más información sobre cómo llevar la domótica a tu hogar:
- Junta de Castilla y León – Área de Atención a Personas Mayores: jcyl.es/serviciosmayores, 900 123 456
- IMSERSO (Instituto de Mayores y Servicios Sociales): imserso.es
- Centros de Atención a la Dependencia y CEAS de tu localidad