Las granjas que se dedican a la cría, transformación y comercialización de insectos no paran de crecer. Tal es así que se estima que su producción podría convertirse en el ‘alimento del futuro’. Un modelo de negocio más sostenible a la alimentación tanto de animales como de humanos, pero sin olvidarse de los valores nutricionales. Tanto la Organización Mundial de la Salud (OMS) como la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) han lanzado estudios que avalan la calidad nutricional de estos alimentos.
Todo ello no pasó desapercibido para Israel Benito Vegas, un hijo de adopción de Villanueva de los Caballeros gracias a su mujer. Tal es su pasión por este pueblo, que apostó por poner en marcha su granja de tenebrios –más conocidos como ‘gusanos de la harina’-, en el propio término municipal. «Hay que apostar por la economía del medio rural, un entorno que sin duda ofrece un gran abanico de oportunidades de negocio», reconoce.
Tal es así que «es mucho más sencillo poner una empresa en un pueblo que en la ciudad». Y para muestra un botón, porque Villanueva de los Caballeros destaca como el primer lugar de Castilla y León con una granja de tenebrios. Insectropía arranca el pasado mes de enero; sin embargo el negocio comienza a andar hace cuatro años. «La demora se debe principalmente a la financiación, ya que los bancos no se arriesgan con este tipo de proyectos». Fue entonces cuando puso su mirada en las ayudas para la incorporación de jóvenes agricultores. Sin embargo, la Junta de Castilla y León no tenía los módulos abiertos así «que he insistido durante todo este tiempo hasta ser aceptado». En cambio, «todos los trámites con el Ayuntamiento de la localidad fueron sencillos porque al final es como poner cualquier otra granja de animales».
Insectropía se levanta sobre una antigua nave de cerdos que hubo que reformar con el fin de que contara con todo lo necesario para la cría y reproducción de este insecto. «Fue una reforma total». Así pues, las instalaciones cuentan ahora con una cámara frigorífica alimentaria de 120 metros aislada del exterior para que nada pueda afectar a la cría, «aunque es un animal muy duro y no se conocen enfermedades y plagas que puedan afectarlo». Asimismo, este espacio necesita mantener una temperatura constante de 25 grados y 65 por ciento de humedad. También es de vital importancia la luz durante el día, pero también por la noche, cuando se enciende la ‘luz de luna’ durante ocho horas «que es básica para los reproductores y para las pupas, que son las larvas cuando se transforman».
Ya con en negocio en marcha «el objetivo es llenar la cámara para abastecer cantidades más grandes de tenebrio». A pleno rendimiento el negocio puede producir 20.000 kilos al año. Para ello, «se realizan tareas de recría a la vez que se vende producto». Con pie firme y con paciencia el plan del emprendedor es «captar clientes que pidan cada mes cantidades establecidas de gran tamaño».
¿Pero cuál es el perfil de estas empresas? Principalmente este tipo de insecto se vende vivo a granjas avícolas y de reptiles, aves que se encuentran en centros de recuperación e incluso para mascotas tan conocidas como loros o periquitos. Asimismo, Insectropía ofrece también el producto deshidratado tras un proceso de secado. «Suele mezclarse con el pienso habitual y la comida de animales como cerdos, vacas, ovejas o caballos».
«Son productos muy ricos en proteínas, bajos en grasas y con altos niveles de omega-3, entre otros muchos beneficios. Se ha visto que aportan nutrientes que en otros muchos alimentos no se encuentran», comenta Israel. Por ello, «se puede orientar a consumo humanos, aunque este apartado es mucho más complejo». El ‘reparo’ a comer insectos por la población española es una de las barreras a las que se enfrentan todas estas empresas que trabajan en el campo de los insectos. Y es que «aún son pocas las personas que se animan a tomar estos animales de forma directa, aunque como como suplemento proteico está comenzando a tener un interés cada vez mayor».
Además, el abono, que se conoce como ‘guano’ también se comercializa para viveros y particulares con huertas y empresas.
Reconoce estar muy ilusionado con un proyecto que ha desatado sorpresa e interés a partes iguales. Y Villanueva de los Caballeros no es ajeno a ello. «Son muchos los vecinos que se han pasado a conocer la granja por lo curioso y desconocido que es este sector»; aunque eso sí, «son pocas las personas que se atreven a coger los tenebrios con sus propias manos».
En el horizonte «está la idea de crecer si se cumplen mis expectativas». Incluso no descarta la posibilidad de producir otras especies de insectos como el grillo o la mosca soldado, «aunque son variedades más complejas para la cría».