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Vamos cumpliendo años y vamos aprendiendo, la vida nos va enseñando, a veces nos muestra su cara más amable, otras veces las sorpresas no son tan agradables como nos gustaría, y, aunque no siempre podemos elegir las circunstancias, que nos han tocado vivir a lo largo de la vida, lo que sí está en nuestras manos es la forma con las que vamos a afrontarlas.

Aquí entra en juego conceptos tan importantes como, por ejemplo, optimismo, pensamiento positivo o inteligencia emocional, todos ellos más relacionados de lo que nos imaginamos con nuestra salud y bienestar.

¿Qué beneficios tiene mantener una actitud positiva frente a la vida? ¿Puede dañar nuestra salud tener tendencia a ver el lado negativo de las cosas? Pero, ¿de qué forma podemos aprender a ser más positivos? Hay formas sencillas y divertidas de practicar el optimismo y entrenar nuestro cerebro para ver esa perspectiva más positiva de lo que nos pasa en la vida a diario.

Sin embargo, puede que nos asalte a la mente una pregunta: ¿la persona optimista nace o se hace? Es cierto que hay personas que tienen una capacidad innata para prestar atención a las “cosas bonitas de la vida”, pero está demostrado que el ser una persona más optimista también está influido por el querer, es decir, la persona optimista no nace, sino que se hace, pasito a pasito, día a día, con constancia y fuerza de voluntad, cuidando de nuestra cabeza, nuestros pensamientos, nuestras emociones, tal y como también cuidamos de nuestro cuerpo cuando salimos a caminar diariamente o comemos de forma saludable, porque sabemos que es algo bueno para nuestra salud, y, por todo ello, es interesante poner en la balanza los beneficios del pensamiento positivo una vez que vamos cumpliendo años.

Mantener una actitud positiva frente a la vida, es de vital importancia para nuestra salud biopsicosocial (biológica y física; psicológica, emocional, cognitiva y mental; social, nuestro entorno y personal queridas). ¿Qué beneficios tiene ese afrontamiento positivo? Por ejemplo, mejora nuestro estado anímico y hace que tengamos un autoestima sana y equilibrada, en definitiva, que nos tratemos bien y nos hablemos con respeto. También ver la vida desde un prisma positivo reduce el riesgo de padecer trastornos como el estrés, la ansiedad, o la tan temida depresión, que a día de hoy con la vida que llevamos, por desgracia, se está incrementado a paso agigantados.

Además, practicar y fomentar pensamientos más positivos, no sólo es bueno para nuestra salud mental, sino también para la salud física, ya que hay estudios que demuestran que fortalece el sistema inmunológico y reduce el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares y demencia. Y, favorece nuestras relaciones sociales, y por ende nuestra salud social, ya que las personas preferimos relacionarnos con gente que nos transmite emociones positivas, como alegría, felicidad, confianza, energía…

Aunque, es cierto, que, a veces, no es del todo fácil mantener esta actitud, porque la vida es larga y nos ocurren todo tipo de situaciones, unas mejores y otras peores, y se hace muy cuesta arriba ver el vaso “medio lleno”, en lugar de “medio vacío”. Hace un tiempo en uno de los talleres que realizamos en el Colectivo Tierra de Campos con personas mayores, estábamos tratando el tema de las emociones, y una persona compartió una frase preciosa que decía así: “En esta vida, muchas veces, no podemos elegir la música que nos ponen, pero sí la forma de bailarla”. Lo que nos quiere decir esta frase es, que una gran parte de las situaciones que nos pasan en la vida, no las elegimos, se nos presentan, así, de frente, y que probablemente ni las hubiéramos elegido jamás. Sin embargo, sí podemos elegir la respuesta que damos ante ellas.

¿Es posible trabajar el optimismo para tener una buena salud emocional? Al igual que muchas personas acuden a nuestros talleres de gimnasia para mayores del Colectivo Tierra de Campos, para cuidar de su salud física, la salud emocional también se puede cuidar. El tener un pensamiento positivo, si la persona así lo desea, lo puede trabajar día a día, para poquito a poquito ir adquiriendo ese hábito, quizás, un ejemplo interesante, sería comparar esta idea con la gran diferencia entre hacer una dieta “milagro”, de esas que pierde 5 kilos en un mes (aunque luego ganas 10 debido a la ansiedad por haber restringido tanto la comida), o, por el contrario, alimentarse de forma saludable cada día, teniendo, de vez en cuando, algún guiño hacía lo dulce. Pues con el optimismo sería igual, no es un gran salto de fé lo que se pretende conseguir, sino instaurar un hábito de vida saludable y eso conlleva tiempo y constancia.

Un recurso muy interesante para fomentar nuestra salud, lo podéis encontrar en la Asociación Colectivo para el Desarrollo Rural de Tierra de Campos, son los programas dirigidos a personas mayores, que vivís en el medio rural de Castilla y León, en los cuales hay diferentes actividades, que son gratuitas para las personas participantes, al estar financiadas por entidades públicas y privadas, y que tienen como objetivo promover el bienestar, físico, emocional, mental y social. Sí quieres obtener más información, no dudes en ponerte en contacto en el teléfono 983 72 50 00.