Podían haberse implantado en Bilbao, en Vitoria o en Santander. Habrían estado cerca de casa y las posibilidades de crecimiento de su negocio se supondrían mayores. Sin embargo, Ibán y Alberto apostaron por quedarse en su tierra, en Medina de Pomar, pues han sabido ver las oportunidades que ofrece el medio rural y el servicio que su empresa podía prestar a sus vecinos. Así, ahora, estos dos jóvenes presumen de haber montado la primera y única ingeniería energética de Las Merindades.
Ibán Junquera y Alberto Pérez se asociaron en 2018 y, a finales de ese año, pusieron en marcha Grupo Ibal, una empresa dedicada al asesoramiento y la gestión de proyectos energéticos (aerotermina, geotermia, biomasa, energía eólica, solar, movilidad sostenible, eficiencia energética…). «Los dos somos ingenieros eléctricos», explica Ibán, «y nos apasiona la electricidad y las energías». Además, en su caso, «siempre había tenido el gusanillo de emprender», admite.
Se conocieron mientras trabajaban el Centro de Formación Profesional La Providencia de Medina de Pomar, pero tanto Ibán como Alberto tenían claro que sus profesiones les podían aportar mucho más. Así que «nos lanzamos» y, para 2019, su proyecto empresarial ya estaba funcionando. Empezaron con propuestas de eficiencia energética y, dos años después, están ya consolidados y con mucho trabajo.
Iban afirma que tampoco tuvieron dudas a la hora de elegir quedarse en Medina de Pomar. «Decidimos emprender aquí porque los dos somos de Medina y creemos que es una zona en la que podemos dar servicio». Detectaron las necesidades de los vecinos, pero también de empresas e instituciones, que estaban realizando proyectos energéticos con compañías de fuera, y apostaron por el medio rural.
«Estamos convencidos, seguimos convencidos sobre el servicio que ofrecemos», explica Ibán, sobre todo tras vivir esta pandemia. «Mucha gente ha decidido venir al pueblo y reformar las casas», apunta. Se nota una tendencia de reversión, de gente que vuelve al pueblo, que deja las ciudades y apuesta por una vida más lenta, más tranquila, en la que puede que no haya tantos servicios pero que es suficiente, asevera.
En crecimiento
A ellos la pandemia, además, les ha ayudado a crecer. «Nos dejó en shock», admite Ibán, pero también «nos ha dado tiempo para pensar hacia dónde vamos y marcar nuestros objetivos». También para diseñar una web de venta online. Ahora prestan servicio en un radio de 100 kilómetros, llegan a Burgos, Soria, País Vasco y Cantabria, pero quieren seguir creciendo.
Su objetivo de crecimiento, inicial, es a cinco años. En el primer lustro esperan sumar personal, con dos contrataciones y, de momento, tienen a una persona en prácticas que, si todo va según lo previsto, se quedará. Cuando cumplan ese objetivo, llegará el momento de «despegar» y, quizás, contar con delegaciones en otras ciudades. Mientras tanto, Ibán y Alberto no se plantean desvincular su oficina de Las Merindades, pues le ven mucho potencial a la zona.
Iban no se arrepiente de la decisión tomada hace casi tres años. «Hemos pasado muchísimas cosas. hemos tenido de todo, bueno y malo, pero seguimos con mucha ilusión». En el medio rural, el contacto con la gente es muy estrecho. El trato profesional está muy personalizado y, eso, se valora. «Estamos convencidos del servicio que ofrecemos», insiste. «En Las Merindades tenemos de todo. No necesitamos ir a ningún sitio más», apunta, personal y profesionalmente hablando.