Descarga aquí la publicación «Buenas Prácticas LEADER: Metodología impulsora y precursora de los ODS y la Agenda 2030»
La Red Española de Desarrollo Rural (REDR) ha editado recientemente la publicación ‘Buenas prácticas LEADER, metodología impulsora y precursora de los ODS y la Agenda 2030’. Una de las buenas prácticas seleccionadas ha sido el proyecto de cooperación regional ‘Mas empresas Mas empleo’, que coordina la Asociación Colectivo para el Desarrollo Rural de Tierra de Campos y en el que participan 10 Grupos de Acción Local de Castilla y León. La experiencia se ha enmarcado en el Objetivo 8: ‘Promover el crecimiento económico inclusivo y sostenible, el empleo y el trabajo decente para todos’ de la Agenda 2030 sobre el Desarrollo Sostenible y puede leerse en la página 35.
Por otra parte y con motivo de la presentación del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, un plan de acción que, como reconoce el Gobierno, está fuertemente inspirado en la Agenda del Cambio, en la Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas, desde REDR han querido comenzar a sensibilizar a las autoridades y a la sociedad civil sobre la idoneidad de la metodología LEADER para lograr las metas recogidas en este ambicioso Plan, que va a marcar el ritmo de la economía española en los próximos años.
Como se ha demostrado en numerosas ocasiones, LEADER, los ODS y la Agenda 2030 tienen muchos aspectos en común. En especial, sus principales motivaciones. En el caso de los ODS, cuyo último fin es lograr implementar una verdadera Agenda de Desarrollo Sostenible a nivel mundial, sus tres grandes objetivos son erradicar la pobreza, proteger el planeta y asegurar la prosperidad para todas las personas; estos objetivos se encuentran en los 7 principios básicos de LEADER de forma específica.
Existen múltiples paralelismos entre LEADER y los ODS. En primer lugar, ambos nacen como una respuesta pública que implica a la vez un compromiso de la sociedad civil y el sector privado. Tanto LEADER como los ODS persiguen la consecución de unos mínimos logros en materia de desarrollo sostenible, que sirvan para implementar «políticas palanca» desde el plano local hasta las más altas esferas.
Para demostrarlo con ejemplos prácticos hemos elaborado, con la colaboración de los Grupos de Acción Local, una publicación de Buenas Prácticas que recopila iniciativas LEADER alineadas con cada uno de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible. Con esta publicación queremos demostrar por qué la metodología es una verdadera precursora de la Agenda 2030 y sus metas, y cómo los GAL pueden ser herramientas idóneas para continuar impulsando esta hoja de ruta sostenible en los territorios rurales.
También hemos elaborado una infografía que resume por qué LEADER es una herramienta idónea para la consecución de los ODS y la Agenda 2030 por sus numerosos paralelismos y fines comunes, con el objetivo de que, entre todos, podamos sensibilizar sobre la idoneidad de apostar por esta metodología -contrastada y exitosa- en la formulación del nuevo Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia presentado por el Gobierno.
¿Por qué la metodología LEADER es un vehículo perfecto para canalizar y localizar los ODS y Agenda 2030?
Enfoque participativo. Uno de los ejes fundamentales de la metodología LEADER es su carácter abierto, participativo y enfocado de abajo-arriba («bottom up»). Es decir, la población local es la que toma las decisiones y define el rumbo de su territorio, elaborando estrategias de desarrollo que se adaptan a las circunstancias, son flexibles por definición y deben ser capaces de innovar para lograr la consecución de sus objetivos.
Colaboración público-privada. Otro punto en común entre LEADER y los ODS es que ambas metodologías comparten el mismo espíritu: la creación de alianzas multisectoriales para lograr los objetivos fijados. Empresas, entidades públicas, administraciones, gobiernos locales… deben colaborar y cooperar de manera coordinada y efectiva.
Localización. La ONU ha puesto el acento en la importancia de localizar las acciones de la Agenda 2030 para lograr su consecución. Pueblos, comarcas, regiones… representan el corazón de la Agenda 2030, son el primer escalón para que los ODS se conviertan en una realidad.
Escalabilidad. Posibilidad de replicar las mismas iniciativas en diferentes territorios, países, continentes… Dado su carácter flexible e innovador, las buenas prácticas que hayan resultado exitosas en determinados territorios tienen capacidad suficiente para ser reproducidas en otras zonas, adaptándose a las condiciones locales.
Análisis de resultados a través de indicativos. Ambas metodologías están preparadas para llevar a cabo evaluaciones durante y después del proceso de ejecución, a través de numerosos indicativos cuantificables. Uno de los éxitos de LEADER ha sido que dispone de herramientas precisas para medir su nivel implementación en el tejido socioeconómico de los territorios.
Compromiso político. Establecer hojas de ruta tan ambiciosas a largo plazo implica necesariamente el apoyo político y la coordinación entre Gobiernos. Para que la firma apuesta de los ODS cristalizara en una agenda sostenible mundial, ha hecho falta un verdadero compromiso político sin precedentes, al igual que pasa con la metodología LEADER, que contó desde el principio con el apoyo unánime de la Unión Europea y sus Estados Miembros.
Enfoque integral. LEADER y los ODS son poderosos instrumentos diseñados para impulsar la sostenibilidad a todos los niveles; por eso, es imprescindible que ambos compartan una aproximación integral en su método, coordinando ejes y acciones multisectoriales en intervenciones globales a todos los niveles.
Conexión, visibilidad y redes. En un mundo hiperconectado e hipercomunicado, la información y la conexión entre actores es un aspecto vital en el que está en juego el éxito de las propias políticas o enfoques que queremos desarrollar sobre el terreno. Uno de los grandes éxitos de la implantación de la Agenda 2030 y la consecución de los ODS está siendo precisamente el decidido impulso que se le ha dado a la imagen y la visibilidad de la iniciativa, del mismo modo que ha ocurrido con LEADER. La creación de redes de actores y partes interesadas genera sinergias e intangibles imprescindibles para desarrollar políticas exitosas.