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¿Cómo pretendemos educar a nuestros hijos en contra de la violencia, si para que aprendan usamos el castigo físico o psicológico?

Hablamos de castigo para referirnos  a cualquier sanción, pena o reproche por medio de insultos, gritos, humillaciones, golpes con las manos o  con algún objeto, hacia la persona por causar algún tipo de falta; el cual provoca consecuencias negativas tanto a nivel físico como psicológico.

A través del castigo se refleja un adulto incapaz de manejar una situación, resultando más fácil pegar o gritar que sentarse con ellos y tratar de comprender que le ha llevado actuar así.

Si queremos apostar por una forma de vida libre de violencia, no podemos usar como medio para educar gritar, pegar, humillar a ninguna persona de ninguna edad y mucho menos cuando son pequeños y están en plena formación; Ya que son esponjas que absorben lo que aprenden en casa y será en función de ello como se relacionen con los demás.

Por ello, para poder  formar seres humanos eficaces que sean capaces de  desarrollar sus habilidades de forma correcta y sin recurrir a la violencia, será conveniente luchar por transmitir una educación libre de castigos tanto físicos como psicológicos centrándonos sobre todo en el uso del dialogo mediante una comunicación eficaz.

El colectivo para el Desarrollo Rural de Tierra de Campos trabaja por la erradicación del castigo  físico y psicológico mediante la realización de talleres, charlas y actividades por un futuro mejor.